Nuestra historia comienza en Italia, mi país natal, donde el desayuno tradicional es tan simple como delicioso: un buen café acompañado de un croissant. Al llegar a España, descubrí otra forma de empezar el día, igual de especial: el café con tostada, un ritual que también reúne sabor, costumbre y cercanía.
Fue entonces cuando los recuerdos me llevaron de vuelta a mi infancia, a esas mañanas en casa, y a los desayunos que mi madre preparaba con tanto cariño: pan con aceite de oliva y queso. Un sabor que se quedó grabado en mi memoria y en mi corazón.
Il caffé, per esser buono, deve essere nero como la notte, dolce come l’amore e caldo come l’inferno.
Acude a rendir culto a tus manjares preferidos a cualquier hora del día. Si el cuerpo te pide una buena tostada o croisant al despertar, abre nuestra carta de desayunos y satisface tus fantasías.